Alias S01 E03 - Paridad
Syd tras escapar a duras penas de El Cairo con la ayuda de la CIA, Sydney ha de lidiar con sus estudios, los cuales está descuidando demasiado debido a lo absorbente de su trabajo secreto (lo cual no le sirve de excusa). En la reunión informativa, Sloane hace saber a los agentes que el artefacto que Sydney recuperó en Taiwán no ha podido ser comprendido pero lo que se sabe es que fue diseñado por un hombre llamado Milo Rambaldi en el siglo XV. Debido a este misterio, Rambaldi se convierte en la primera prioridad del SD-6. La siguiente misión del SD-6 encamina los pasos de Sydney y Dixon a Madrid, donde han de recuperar un código cifrado que posee un coleccionista español. Además de robarlo han de evitar toparse con la antítesis de Sydney, Anna Espinosa, una agente del Directorio K, la agencia rusa homónima del SD-6 Al recibir su contramisión por parte de Vaughn, le informa a Sydney de que ha sido relevado como su enlace en la CIA y que a partir de ese momento otra persona se encargará de proporcionarle las misiones. Tras una ardua pelea con Anna, Sydney consigue escapar con la caja, pero al llegar a Los Angeles, Marshall es incapaz de abrirla y tiene miedo a forzarla ante la posibilidad de que exista algún tipo de mecanismo de seguridad. De este modo, sabiendo que el Directorio K tiene la llave, Sloane acuerda un encuentro entre Anna y Sydney en Berlín para proceder a su apertura. En casa, Will sigue dándole vueltas a la muerte de Danny y trata de conseguir los videos de las cámaras de tráfico del barrio de Danny. Sin embargo, las cámaras de un kilómetro a la redonda de la casa de Danny estuvieron inoperantes precisamente esa noche. Francie, por su parte, descubre una caja de cerillas con el nombre de otra mujer entre las pertenencias de su novio, Charlie. Por otro lado, Sydney tiene una reunión bastante desagradable con su nuevo enlace y deja claro que si nó trabaja con Vaughn se acabará su cooperación. Cuando le dicen que es un agente de bajo rango, ella lo tiene claro: que lo asciendan. En Berlín Anna y Sydney (conectada por satélite con la CIA) proceden a abrir la caja pero cuando lo hacen, sus caras muestran sorpresa y horror mientras la caja emite un sonido extraño.