Mahito le enseña su ideología a Junpei, siendo un espíritu maldito capaz de cambiar la forma del alma de una persona, ve a las personas como desechables, sin corazones, y que todas son recicladas de los mismos espíritus que hacen su cuerpo. Junpei, feliz de que le digan que puede matar sin sentirse culpable por ello, se dirige a casa pero tiene un enfrentamiento con su maestro.